Juan Felipe Ortiz Liñán es licenciado en psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México, creador y profesor titular del Taller de Primeros Auxilios Psicológicos impartido en el Hospital Materno Infantil Inguarán, perteneciente a la Secretaria de Salud del Distrito Federal, Ciudad de México. En una entrevista con Infobae, contó cuáles son las diez reglas que deben cumplirse para que el divorcio sea una experiencia liberadora y no un proceso tormentoso.
«Cuando se decide un divorcio, en la mayoría de los casos el rompimiento se dio dentro del matrimonio y desde tiempo atrás. Así que la vida te pone en una situación inmejorable para hacer nuevas cosas y mejorar como persona, como pareja, como madre o padre. Es una cuestión de decisión personal y no por el destino o la mala suerte», expresó Ortiz Liñán.
«Desde pequeños nos enseñan cómo llevar una relación sana, larga y superando adversidades, pero no se nos comenta qué hacer si la relación no funciona y llega a su fin. De ahí las siguientes reflexiones para ser feliz después de un divorcio y mejorar la relación con esa persona que -en algún momento de nuestra vida- decidimos unir nuestras vidas y, en muchas ocasiones, procrear hijos como resultado de ese amor», sostuvo el especialista consultado por Infobae.
1. El divorcio es un duelo.
«Como tal, debemos considerar que pasaremos por diferentes etapas que van desde la negación, el enojo, la fantasía, la depresión y, por último, la aceptación del rompimiento. Si entendemos que se vivirá este proceso de duelo, podemos ser capaces de llegar en menor tiempo a la etapa final (la aceptación) de una manera más saludable. Recordemos que el duelo es una cuestión personal, e incluye el perdón de los errores cometidos por uno mismo y también los de la otra persona».
2. Romper con el círculo de la violencia.
«Si durante el matrimonio existió violencia de una o ambas partes -ya sea física, psicológica, emocional, económica o de cualquier otra índole- lo más probable es que ésta se haya replicado mientras duró la relación y, más aún, durante el divorcio. Rompe con éste círculo, no lo continúes. Recuerda que, para hacer el amor o la guerra, se necesitan dos. No te permitas ser generador o receptor de violencia de cualquier tipo».
3. Sentido de propiedad.
«Aunque la pareja ya no se encuentre unida, es muy común que se continúe pensado que la otra persona nos pertenece, que sigue siendo parte de nuestra vida. En mi consultorio todavía me asombra cómo, pacientes que se divorciaron hace cinco o diez años, se siguen refiriendo a su ex pareja como ‘mi esposo’ o ‘mi mujer’. Acéptalo, nos ha costado mucho trabajo como humanidad entender que las personas no somos cosas: no pertenecemos a nadie y nadie nos pertenece».
4. Inicia nuevos proyectos.
«Es común que, durante el proceso de divorcio, creamos que no somos capaces de continuar con nuestra vida, pero en realidad sucede lo contrario. Inicia nuevos proyectos, sigue con los que tenías, cambia tus rutinas para adecuarlas a la nueva situación y, lo más importante, evita voltear a ver qué está haciendo o dejando de hacer el otro. Esto incluye una nueva relación. Regálate nuevas oportunidades de éxito y de fracaso».
5. Lo más importante de todo: los hijos.
«No son de tu propiedad, pero son un compromiso de por vida. Sigue cumpliendo con tus deberes y obligaciones, lo más sano es que lleguen a un acuerdo. Si éste no se cumple, un juez se encargará de definir las obligaciones de cada una de las partes. Recuerda que los menores no tienen ninguna culpa de los problemas de los adultos: tras una ruptura debes mejorar la calidad del tiempo que pasas con tus hijos y adaptarte a sus diferentes etapas de desarrollo. Evita hablar mal de tu ex, esto se llama ‘alienación’ y es un tipo de maltrato infantil. Habla con ellos de la situación y los términos que se acordaron. De acuerdo con su edad, ellos tienen derecho a saber qué pasa en su entorno».
6. Mantén una relación respetuosa.
«El respeto se traduce en responder de una forma adecuada ante las situaciones que se nos presentan, así que impide entrar en una lucha de egos que -en la mayoría de las ocasiones- solo impide el crecimiento personal y, en su caso, el de los hijos. Faltarle el respeto a otra persona, es faltarse el respeto a uno mismo. Si lo haces, deja de hacerlo y, si lo recibes, ya no lo permitas».
7. Nunca es tarde para mejorar la comunicación.
«Las recomendaciones prácticas son: comuniquen lo necesario, previo acuerdo del tema a tratar; mantengan una actitud asertiva; lleguen a pactos con fechas y lugares a cumplir, eviten sacar a la luz reclamos y acciones pasadas y, sobre todo, sean respetuosos el uno del otro. De no ser posible, intenten que una persona en la que confíen mutuamente los acompañe para que sirva de observador y moderador de la plática: debe ser neutro en la situación de divorcio y con la expectativa de mejorar la relación entre ambos».
8. No te tomes las cosas a personal.
«Uno de los errores más comunes de las personas que llegan a mi consultorio tras un divorcio es pensar que todo lo que hace la ex pareja es para fastidiarlos: creen que el otro solo piensa cómo perjudicarlos y que sus intenciones son siempre para mal. Sin embargo, la gran mayoría de estas cosas son solo suposiciones no confirmadas. No te lo tomes a personal, evita estar observando qué hace tu ex y enfócate en verte a tí mismo: eso es lo importante y en lo que debes de gastar tu energía».
9. Los aspectos económicos.
«Son precisamente ‘esas cosas de las que no se habla’ y que, en situaciones de divorcio, se vuelven una verdadera pesadilla. Infórmate conforme a la legislación de cada país para saber qué es lo que te corresponde dar o recibir y finiquita lo antes posible este tema que es -a la larga- uno de los aspectos que desgastan una relación después de un divorcio. La recomendación es que pienses objetivamente en tus necesidades y la de tus hijos. De no ser posible un común acuerdo, solicita la ayuda de un juez».
10. La vida no termina.
«Mantener una actitud positiva es fundamental para evolucionar a una mejor calidad de vida personal, familiar y social. Se nos dice y educa asegurando que una crisis, como en el caso de un divorcio, es situación terrible, algo malo que nos arruinará la vida. Y puede serlo si tu así lo decides; mantén una actitud positiva ante la vida, todo lo que te pasa y las decisiones que tomes en su momento son para mejorar. Una de ellas es la separación de una persona que resultó no ser lo que esperabas. Revisa los recursos que tienes y no los que no tienes: se te abrirá un abanico de posibilidades que ni lo imaginas».